Grandvalira es el lugar idóneo para disfrutar de una experiencia única y exclusiva en un marco incomparable. La estación andorrana cuenta con una amplia oferta de opciones y trabaja constantemente para renovarla y mejorarla, así como para seguir ofreciendo experiencias prémium de primer nivel con las que garantizar una vivencia más completa a los clientes de la estación que quieran ir más allá.
Con la opción Top Class, Grandvalira revoluciona la forma de aprender a esquiar. Una fórmula de garantía para gozar de una jornada en Andorra y mejorar y perfeccionar tu técnica con la ayuda de un monitor. Con estos programas especiales, podrás descubrir todos los rincones imprescindibles del dominio de Grandvalira.
El Top Class es un servicio exclusivo que imparten monitores de alto nivel. Es un producto que se distingue por la calidad de su servicio y porque se adapta a todos los niveles. Quienes lo contraten dispondrán de un monitor Top 10 de la escuela. Se trata de profesionales que te acompañarán durante tu estancia y te ayudarán a aprender, mejorar y perfeccionar tu nivel de esquí o de snowboard. Además, este producto ofrece vestuarios, salas especiales, esquís de test de varias marcas, reserva preferente en los distintos puntos de restauración del dominio, posibilidad de realizar grabaciones, fotos y videocorrección, y servicio de traslado siempre que se requiera. La actividad puede contratarse en cualquier escuela de esquí de todos los sectores de la estación o bien por Internet.
La estación de esquí Grandvalira se fundó en 2003 a través de la unión de dos de las estaciones del Pirineo más históricas y sus sectores: Pas de la Casa, Grau Roig, Encamp (fundada en 1956) y Soldeu, El Tarter y Canillo (fundada en 1964). Esta unión permitió la creación de la mayor estación del Pirineo y una de las mayores de Europa, con 210 kilómetros de pistas, un total de 137 pistas de todos los niveles y un forfait único para disfrutar de todo este dominio esquiable. En la temporada 2019 se creó el nuevo sector de entrada, el Peretol.
En estos años de historia, Grandvalira se ha caracterizado por un esfuerzo económico muy importante, con más de 100 millones de euros de inversión, para ampliar el número de kilómetros esquiables, renovar e incrementar la red de remontes con una capacidad de más de 100 000 esquiadores por hora, mejorar su red de cañones de nieve (que permite disfrutar de más de un 66 % de su territorio con nieve artificial) y dotar a la estación de la red más completa de actividades para disfrutar del après-ski.